
Nuestra principal motivación fue dar respuesta a las críticas realizadas en los años 70 a los desarrollos habitacionales promovidos por el movimiento moderno. Esta crítica enfatizó la necesidad de reenfocar la atención del urbanismo en el espacio público, a través de un retorno a los modelos urbanos tradicionales, basados en un trazado claro de calles y plazas y en edificios alineados a la calle. Los edificios entonces los ordenamos formando manzanas cerradas cuyos patios interiores están concebidos como espacios públicos. Estos patios son de acceso público y uso deportivo y comunal, y no interconectan calles para evitar sean utilizados como “atajos”.
Otra de nuestras preocupaciones era la excesiva longitud de los pasillos de circulación en los edificios, sobretodo en aquellos con “doble crujía”. Para mitigar ese efecto, tomamos las plantas libres de uso comunitario presente en algunos “superbloques” diseñados en Venezuela -como es el caso de “Cerro Grande“ de Guido Bermúdez o la “Unidad Residencial El Paraíso” de C.R.Villanueva-“atomizándolos” y disgregándolos por toda la estructura con una doble finalidad: garantizar luz natural y ventilación cruzada en los pasillos y permitir su uso como “extensión” del área social de los apartamentos. Estos espacios se muestran en la fachada como aperturas de doble altura intercaladas, contribuyendo a evitar una fachada compuesta de una monótona repetición de ventanas.
En relación a esto último, una vez escuché un comentario sobre la sensación de anonimato -de separación afectiva- que puede provocar en una persona esa interminable repetición a gran escala, más aún, si esa persona vive allí, sin poder identificar su " lugar” dentro de esa masa uniforme.
Fue este recuerdo el hilo conductor para el diseño de las fachadas. Nuestra respuesta se dirigió entonces a crear una “primera fachada” en voladizo de cuya composición de balcones y terrazas, (inspirada en las policromías de las fachadas de los bloques de la urbanización 23 de Enero de C.R. Villanueva), resolvería la monótona repetición de las ventanas y nos procuraría protección solar.
Para potenciar este efecto, encerramos esta composición dentro de un marco de hormigón para que el edificio se perciba desde lejos como un todo único, lo que llamamos “la caja metropolitana”. Mirando más de cerca, se pueden ver los trazos regulares realizados por la estructura de soporte y las paredes de ladrillo perforado que ayudan a posicionar, como en un sistema cartesiano, cada balcón o terraza individual dentro de la "caja". De esta manera, pensamos que los residentes tendrían una manera fácil de ubicar su “lugar” dentro de la fachada del edificio y así poder construir una relación más sana y afectiva con su hábitat.
Our main motivation was to give answer to the criticisms made in the 70s to the housing developments promoted by the modern movement. This critique emphasized the need to refocus urbanism's attention on the public space, through a return to traditional urban models, based on a clear layout of streets and squares and on buildings aligned to the street. For this reason, we arranged the buildings to form closed blocks whose interior patios are conceived as public spaces. These courtyards are publicly accessible for sports and community use, and do not interconnect streets to prevent them from being used as "shortcuts".
Another concern was the excessive length of the circulation corridors in the buildings, especially in those with "double bays". To mitigate this effect, we took as reference the open plan left for community use in some "superblocks" designed in Venezuela -as is the case of "Cerro Grande" by Guido Bermúdez or as in "Unidad Residencial El Paraíso" by C.R.Villanueva- "atomizing" and disaggregating them throughout the structure with a double purpose: guaranteeing natural light and cross ventilation in the corridors and allowing their use as an "extension" of the social area of the apartments. These spaces are shown on the façade as interspersed double-height openings, helping to avoid a façade made up of a monotonous repetition of windows.
In relation to the latter, I once heard a comment about the feeling of anonymity -of affective separation- that can cause in a person that endless repetition on a big scale, even more so, if that person lives there, unable to identify his " place” within that uniform mass. Our response was then to create a facade whose composition of balconies and terraces -mostly inspired by Mateo Manaure´s polychrome intervention on the façades of the 23 de Enero housing development by C.R. Villanueva- would avoid the monotonous repetition of windows and provide us with depth and sun protection.
To enhance this effect, we enclosed this composition within a concrete frame so that the building would be perceived from afar as a single whole, what we call “a metropolitan box”. Taking a closer look, one can see the regular strokes made by the support structure and perforated brick walls that help to position, as in a Cartesian system, each individual balcony or terrace within the "box". In this way, we thought that the residents would have an easy way to locate their “place” within the façade of the building and thereby build a healthier and more affective relationship with their habitat.








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Parque Residencial Juan Pablo II
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Aliva Stump | PDVSA
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vivienda multifamiliar
multifamily housing -
Montalbán, Parcelas A y D, Av. Teherán, Caracas, Venezuela
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construido
completed -
Parcela A : 109.359,54 m2,
Parcela D : 72.546,87 -
gustavo luis legórburu
gustavo legórburu r (asesor) -
maya suarez
eduardo páez-pumar
heisia bello
armando avellaneda
estructura / structure
mathias brewerinstalaciones sanitarias / plumbing
iván hernández, carlos hernándezinstalaciones eléctricas / electrical engineering
arturo arenas & asociadosinstalaciones mecánicas / mechanical engineering
matilde peñaranda
instalaciones contra incendio / fire protection
matilde peñaranda
paisajismo /landscape
elias gonzález sanaviacoordinación proyecto / project coordination
ALIVA-STUMP
coordinación construcción / construction coordination
PDVSA